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viernes, 11 de abril de 2014

Tres sonetos de Giuseppe Parini

Monumento a Giuseppe Parini (1838). Gaetano Monti. Palazzo di Brera, Milán.

Al sonno

O Sonno placido che con liev' orme
vai per le tenebre movendo l' ali,
e intorno a i miseri lassi mortali
giri con l' agili tue varie forme;

là, dove Fillide secura dorme
stesa su candidi molli guanciali,
vanne, e un' immagine carca di mali
in mente pingile trista e deforme.

Tanto a me simili quell' ombre inventa,
e al color pallido che in me si spande,
ch' ella destandosi pietà ne senta.

Se tu concedimi favor sì grande,
con man vo' porgerti tacita e lenta
due di papaveri fresche ghirlande.

Al sueño

Plácido Sueño, que con leves huellas
por tinieblas moviendo vas tus alas,
y entre lasos y míseros mortales
vagas con formas ágiles y varias;

a donde Fílida segura duerme
sobre muelles y blancas almohadas,
ve, y una imagen de diversos males,
triste y deforme, píntale en su mente.

Tan iguales a mí crea esas sombras,
y al pálido color que en mí se extiende,
que, despertándose, de mí se apiade.

Si me concedes un favor tan grande,
te ofreceré con mano calma y lenta
dos guirnaldas de frescas amapolas.

Per Caterina Gabrielli cantatrice

Quando Costei su la volubil scena
di celeste bellezza apre i portenti;
e il notturno spettacolo serena
co’ raggi del bel volto, Amor, che tenti?

Entro per gli occhi a quel prodigio intenti;
scendo ne’ cori; e là calmo ogni pena;
desto teneri sensi; empio a le genti
di foco soavissimo ogni vena.

E mentre simulando i prischi lai
da i due corali de la bella bocca
scioglie il canto amoroso, Amor, che fai?

Volo al bel labbro onde il piacer trabocca
e grido: oh in terra fortunato assai
chi sì bel labbro ascolta o vede o tocca!

Para la cantante Caterina Gabrielli

–Cuando ella sale a la mudable escena,
de celeste belleza abre el portento,
y el nocturno espectáculo serena
con la luz de su rostro, Amor, ¿qué intentas?

–Llevar miradas al prodigio intento;
bajo a los pechos; calmo toda pena;
despierto admiración; lleno a las gentes
de suavísimo fuego cada vena.

–Y mientras, simulando tristes ayes,
de los corales de su bella boca
surge el canto amoroso, Amor, ¿qué haces?

–Vuelo hasta el labio en que el placer abunda,
y grito: ¡Oh, cuán feliz en esta tierra
quien este labio escucha, mira o toca!

La pietà divina

L’ arbor son io, Signor, che tu ponesti
nella tua vigna; e a coltivar lo prese
Misericordia, i cui pensier fur desti
sempre a guardarlo da nemiche offese.

Ma il tronco ingrato che sì caro avesti
frutto finora il suo cultor non rese;
e dell’ ampie superbo ombrose vesti
sol con sterili braccia in alto ascese.

Però tosto che il vide, arse di sdegno
tua Giustizia: e perchè, disse, il terreno
occupa indarno? Omai si tagli ed arda.

Ma Pietà pose al tuo furor ritegno
gridando: un anno attendi, un anno al meno.
Arbor che fia se il tuo fruttar più tarda?

La piedad divina

El árbol soy, Señor, que tú pusiste
en tu viñedo, y quiso cultivarlo
Misericordia, que empleó desvelos
en guardarlo de ofensas enemigas.

Mas ese tronco ingrato, a ti querido,
fruto hasta ahora a su cultor no rinde,
y con grande, soberbio, umbroso manto,
con estériles ramas, sube al cielo.

Pero enseguida, al verlo, arde con furia
tu Justicia: ¿y por qué, dice, el terreno
ocupa en vano? Que se tale y arda.

Mas la Piedad pone a tu furia riendas,
gritando: un año espera, un año al menos.
¿Árbol, que harás si tarda más tu fruto?

(Traducción: Ramiro Rosón)

1 comentario:

María (LadyLuna) dijo...

Divino, Ramiro, como todo lo que haces.